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Fallé en mi objetivo
Pero estoy feliz.

Para los que siguen de cerca el podcast o el newsletter, sabrán que a principios de año hablamos del concepto de un “Misogi”. Un gran evento que define tu año. En mi caso, mi objetivo fue “hacer una Trifecta de Spartan Race”.
La trifecta son las tres carreras de obstáculos: Sprint, Super y Beast. Hoy correré la segunda (probablemente la esté corriendo mientras lees esto), pero no haré la tercera este año.
En estricto rigor, fallé. En la realidad, no lo sé.
Definí la Spartan Race como Misogi porque me acordaba que cuando la corrí por primera vez, pensé que hacer la Beast era imposible para mi. 21 kilómetros y más de 30 obstáculos. Ni loco.
Como sabía que estaba lejos, me tenía que poner a entrenar. Nunca he sido muy fanático del gimnasio (siempre fui más de pichangas y deportes), pero sabía que sería necesario. Investigando en Reddit llegué a fines de febrero a la aplicación Ladder. por 15 USD al mes, me decían qué rutina hacer paso a paso.
A la fecha, he hecho 82 entrenamientos en 38 semanas. Un poco más de dos semanales. Nada de mal.

en julio anduve como relojito, 3 a la semana
La aplicación tenía una integración con Apple Watch, que hacía mucho más amigable el entrenamiento. Así que me compré el más barato que encontré.
Al entrenar con el Apple Watch noté que me calculaba las calorías del entrenamiento. Leyendo online aprendí que estos cálculos no son muy reales, pero antes ni me había cuestionado cuántas calorías gastaba.
Eso me llevó a calcular mi gasto calórico promedio, y querer saber cuánto estaba consumiendo. Un par de días anoté todo lo que comía para saber cuántas calorías y cuántos gramos de proteína estaba consumiendo. Fue impresionante la diferencia entre lo que yo creía y lo que realmente era.

Usé la aplicación Cronometer en su versión gratis, funciona
Tal como medir de vez en cuando cuánto estamos gastando al mes, medir cuánto comemos al día abre los ojos. Venía como avión.
Tres imprevistos
No los vi venir, y cambiaron mi año en términos físicos (y bueno, arruinaron mi objetivo).
Primero, adoptamos un perro. Un perro con ganas de ir al baño durante el día. Siempre me gustó salir a caminar, pero había días en los que no me armaba los ánimos. Con un perro esto no es opción. Media hora en la mañana, media hora en la tarde. Sin querer, agregué 1 hora de ejercicio liviano a mi rutina de todos los días. Mis pasos lo muestran.

adoptamos a Konita en junio
Segundo, vi un video de Youtube diciendo que lo mejor del mundo era colgarse todos los días. Gracias a Amazon, tenía una barra en mi departamento en menos de dos días. Me desafié a durar 2 minutos colgado (porque al parecer es un buen predictor de salud). Primer día, 40 segundos. Durísimo. Con paciencia y constancia, fui subiendo ese tiempo. A fines de mes logré la meta. 2 minutos 10.
La semana después de ese logro fui a un muro de escalada. Hace meses que no iba a escalar, pensé que mi nivel había bajado un montón. En mi gimnasio la dificultad de una ruta se mide en una escala de V0 a V8. Antes había logrado hacer casi todas las V2 y un par de V3. Ese día hice una V1, una V2, una V3 (what?), una V4, y una V5. No podía creer que el mero hecho de estar colgado 5 minutos al día me había transformado en Alex Hannold (quizás no tanto).
Tercero, el tenis. Escribí acá de mi vuelta al tenis. Fue lo mejor y más inesperado del año. Me metí a dos ligas, volví a competir, a hacer doble faltas, y conocí mucha gente.
Por esto último es que fallaré en mi Misogi. Estaba inscrito para la tercera Spartan Race en diciembre (la última del año), en Florida. Físicamente creo que (a duras penas), me la puedo.
Pero me llegó una invitación del evento de fin de año del equipo de tenis. Mismo día de la carrera. Le di muchas vueltas, y decidí priorizar mi riqueza social.
No lograré hacer mi trifecta el 2025, pero si mi yo de enero me viera hoy, estaría contento (y hasta impresionado) con los avances.
Si tuviera que resumir los aprendizajes, me funcionó:
Ponerme un objetivo que suena imposible, me asustó y empujó
Trazar un camino a ese objetivo (tres carreras, cada vez más difíciles)
Lo más importante, las decisiones que tomé día a día (entrenar cuando no tenía ganas, tomar un batido de proteínas de postre en vez de un chocolate)
Ajustar el rumbo cuando aparecen cosas nuevas
Adoptar un perro, lejos la mejor decisión
Gracias por leer hasta acá. De regalo te dejo una charla TED que me inspiró a seguir este mismo camino el 2026.
Los próximos dos correos que enviaré por este newsletter serán los dos últimos del año, y vendrán cargados de ejercicios para revisar nuestro año y preparar el siguiente. Atentos a los experimentos.