Reglas para un Cyber inteligente

Hace unas semanas compré un par de libros por Amazon y Buscalibre y no pudieron llegar en un mejor día.

Yo sé que es increíble cuando compras por Mercado Libre y te llega el mismo día.

Satisface esa adicción de la inmediatez que nos metieron en la cabeza. Sin embargo, comprar algo que se te olvidó que compraste y que llega de manera inesperada a tu casa se siente incluso mejor.

Dios mío el hombre pa’ fome

Y bue, qué quieres que te diga. Me entretiene mucho este mundo financiero, pero no por las razones que cualquiera pensaría.

La verdad es que me entretiene por dos razones principales:

1. Porque me siento un outsider que tiene la oportunidad de generar un cambio en un nicho de muchos millonarios iguales.
   

2. Porque la plata me ha ayudado a darle sentido a la vida.

Compiten fuerte, pero el segundo punto es mucho más importante que el primero.

Ha sido toda una sorpresa, pero hablar de dinero e inversiones me abrió un espectro del mundo que no sabía que existía.

Aprender a planificar mi vida, tomando en cuenta el aspecto financiero, y buscar avanzar hacia lo que realmente quiero ocupando el dinero como un medio que me ayude a ser feliz ha sido un regalo del destino que atesoraré para siempre.

Aha moment

Estos últimos años he aprendido mucho de productos digitales y uno de los conceptos que más me marcó fue el “aha moment”.

En simple, es el momento en que un cliente vive la experiencia con la que tu producto le genera valor.

En el mundo de Nauta sería ese momento en el que haces tu primera inversión y piensas:

“aha, así funciona invertir con estos amigos. Llegó mi plata y la veo en la app”

Gracias a la coincidencia de que mis libros llegaron hoy, tuve un “aha moment” que espero no se me olvide más.

“Francisco, cuando compres algo ojalá que le estés entregando tu dinero a algo que está alineado con lo que quieres lograr en tu vida”.

En mi caso, cultivar mi capital humano y transformarlo en riqueza financiera que me permita vivir tranquilo dedicándole mi atención, energía y tiempo a mi riqueza social, mental y física.

Mi otra compra

Caíste dirán algunos y la verdad es que no. Yo sé que el descuento que muestran es una completa mentira. Igual como los que verán en el 99% de las publicidades que andan dando vuelta.

Sin embargo, con mi señora ya lo habíamos hablado y esta compra se alineaba con nuestras decisiones de vida. Por suerte, el cyber nos ahorraba unas lucas respecto a lo que lo habíamos visto hace unos días.

Habíamos hecho las cuentas y estábamos gastando aprox. $50.000 mensuales en Lime para eficientar nuestro día.

La Luli va a buscar en bicicleta a la chica al jardín, y para volver rápido desde la casa al trabajo, arrienda un scooter. En mi caso, agarro uno apenas salgo del trabajo en la tarde para llegar a la casa lo más rápido posible y estar con mi hija un par de minutos más antes de acostarla.

Se paga solo

Sin lugar a dudas es de las afirmaciones que más odio.

Puede que haciendo los números sea una compra eficiente, pero la verdad es que nada se paga solo. Todo se compra con esfuerzo y horas de vida.

Es por esto que mi único objetivo de este correo es darte un empujón para que reflexiones y pienses antes de gastar de más en estos días creados por el marketing, por accidente, justo después de que varios chilenos recibieron su devolución de impuestos.

Qué coincidencia, ¿no?

Un par de tips

Si no sabes por dónde partir, quizás este checklist te puede ayudar a pensar:

1. ¿Cuál fue tu tasa de ahorro el último mes?
   
   Si fue menor al 10% no deberías estar pensando en comprar.
   

2. ¿Esta compra te va a a llevar a no poder ahorrar? ¿Solo un mes o más?

   
   Si es más de un mes, calcula cuántas horas de trabajo te está costando.
   

3. ¿Estás muy indeciso con la compra?
   
   Primero manda a tu ahorro/inversión el mismo monto que te costaría eso que estás mirando. Después de eso ve si crees que lo sigues necesitando
   

4. Pregúntate, ¿esta compra ayuda en algo a mis objetivos de vida? 

Te mando un abrazo y mucho aguante, para que juntos seamos capaces de resistirnos, al menos en parte, a uno de los momentos en que el marketing más gasta buscando quitarnos eso que tanto nos costó ganar.