No hay almuerzo gratis

y postre tampoco. A menos que estés de cumpleaños.

Estamos leyendo, rayando y analizando libros y blogs para hacer capítulos en los que podamos hablar del camino que queremos tomar. El de la riqueza real.

En uno de ellos el autor levanta el punto de las estafas para que no caigamos en algo que nos puede arruinar y sacar del carril hacia el éxito con el cual a veces llegamos a soñar.

Hice lo más corto que pude este correo para que de verdad te concentres y le pongas mucha atención. Hacerlo, puede ser la inversión más rentable que hagas nunca jamás.

Perderlo todo se debe sentir muy mal.

Si te hace sentido; te recomiendo copiar/pegar/imprimir lo que viene a continuación. Puede ser una linda medida de control para resguardar tu tranquilidad.

No hay almuerzo gratis

Otra frase típica que hemos escuchado más de una vez y que nuestra cabeza, y estómago, ya lo saben. El problema es que la tentación a veces es muy grande.

Por eso, me gustaron las reglas de JL Collins para estar más alertas:

  • Lo primero es que demos por hecho que todos podemos ser estafados.

  • Segundo: Es muy probable que te pase en un área de tu expertise. El ego y el exceso de confianza harán lo suyo.

  • Tercero, no te darás cuenta de quién lo hará hasta que sea muy tarde. Los estafadores no se ven como estafadores. Esto no es una película.

  • En cuarto lugar, casi todo lo que te digan será verdad. Ahí está el arte de la mentira y el engaño profesional.

  • Y por último, si se ve muy bueno para ser verdad, no será verdad. El problema es que somos muy animales y nos vamos a tentar igual.

Chilenizando un ejemplo genial

Jamás me había dado cuenta lo fácil que era estafar hasta leer el ejemplo que ocupó el autor.

Espero que si estás leyendo esto seas una persona bien intencionada. No es mi idea alimentar nuevas estafas.

Ahora, vamos a soñar.

Imagina que tomaste un avión de día y tienes varias horas en las que no podrás dormir. Lamentablemente este no tiene pantallas, ni señal para el celular, por lo que estarás más propenso a conversar con la persona que se sentó al lado.

Después de un rato de aburrimiento inicial, terminaron hablando y te contó que se dedicaba a hacer inversiones de manera personal. Le iba tan bien que no necesitaba trabajar para nadie más.

En ningún momento de la conversación te ofreció algo y eso te llamó la atención. Lo único que hizo, de manera profesional y desinteresada fue contarte sobre lo bien que esperaba que le fuese a una acción en particular.

Su análisis pronosticaba un rendimiento espectacular en la bolsa durante las próximas semanas.

Gracias a nuestro podcast, rápidamente prendiste tu escepticismo y alarmas para no confiar. Todo bien hasta que tres semanas después de bajarte de ese avión, y por casualidad, viste en el diario un reportaje en el que decía que esa acción había subido 100% gracias a un nuevo negocio que te sonó parecido al que te había comentado “el amigo” del otro día.

Con la curiosidad e intriga activada, rápidamente lo encontraste en Instagram invitando a su audiencia a inscribirse a su newsletter semanal de recomendaciones gratuitas.

Como no costaba nada más que entregar tu correo, decidiste que no te podría restar. Los animales financieros te habían entregado herramientas para aguantar a la tentación de los chantas del mal.

Acto seguido, ocurrió lo que no esperabas:

  • Semana 1: “Te recomiendo mirar esta acción que según mis análisis esta semana la romperá”.
    Fin de la semana 1: Un éxito total


  • Semana 2: “En esta acción estoy viendo una oportunidad, te recomiendo entrar”.

    Fin de la semana 2: Otro éxito brutal


  • Semana 3: “Ando en racha y esta semana ENVIDIA Corp. andará increíble”.
    Fin de la semana 3: Adivina… otra vez le apuntó.

No te mientas. A cualquiera que le pase algo así pensaría que encontró algo especial. Que gracias a estar tan atento, había ocurrido el milagro y era el momento de aprovechar una gran oportunidad.

Lamentablemente, no sabías qué había detrás.

La manera en que esta estafa funciona es que no necesitas tener una habilidad especial para lograr estafar. Solo se necesita una masa de gente que esté dispuesta a escuchar.

El método que convierte estas estafas en realidad es que hoy cualquiera pueda elegir una acción o criptomoneda muy volátil y seguir el siguiente plan:

  • Semana 1: Mandar 1.000 correos electrónicos con una tesis de inversión. En 500 dices que el activo que elijas va a subir y en los otros 500 afirmas que caerá.

    Al final de la semana tendrás 500 personas curiosas que recibieron el correo correcto.

  • Semana 2: Ahora solo podrás mandar 500 correos, la otra mitad ya no te cree pero no importa.


    Repetirás el proceso y tendrás 250 personas que te empezarán a admirar.

  • Si seguimos con esta lógica a la semana cinco tendrás 30 personas que creerán que eres el próximo dios de las finanzas y estarán dispuestos a juntar dinero con toda su familia para pasártelo y que lo inviertas por ellos.

    En ese preciso momento es cuando te estafarán. Sabías que se veía muy bueno para ser verdad. El problema es que estaba siendo una gran y lucrosa verdad.

¿Y se puede hacer lo mismo vendiendo cursos de magia trading?

Bastaría con tener dos cuentas de trading que pueda mostrar y tomar las apuestas opuestas para mostrar en la que siempre logras ganar.

Después de un par de semanas muchos creerán que es verdad y estarás list@ para comprar las señales que venden bajo una módica suscripción.

Bajo esta promesa, tu también te podrás forrar.

Si te suena conocido, mejor sal arrancando. Antes que esa semana de “mala suerte” te quite toda tu tranquilidad.

Te dejo un par de cosas que me llamaron la atención esta semana: